Con retraso, pero si no lo digo reviento...
Nos están sumergiendo (e imponiendo) un tipo de consumo televisivo, porque es más fácil darle pan y circo al pueblo que no harina para que amase él solo. Es una vergüenza. Vergüenza, ¿qué es esa palabra?
Vergüenza es que cierren un canal de informativos serio (CNN+) para que lo sustituya un bodrio televisivo 24 horas... sustituyen la calidad informativa, el derecho del ciudadano a saber y conocer más por ver a una panda de aprovechaos las 24 horas del día; porque es mejor ver cómo la televisión se llena de vividores y papafritas en lugar de periodistas serios, debates políticos y programas de fondo, todo con el máximo rigor periodístico. No era muy asidua a CNN+, pero era un canal que confiaba que siempre estaría ahí, dispuesto a brindarme una información de última hora. Está pasando, lo estás viendo...
Lo vemos todos... La fusión de Cuatro y Telecinco empieza a cobrarse sus primeras víctimas; el siguiente será el reemplazo de Raquel Sánchez Silva como directora de carrera de Pekin Express, dejando su irremplazable lugar a Jesús Vázquez, quien de seguro convertirá el programa en un show detestable a la altura de Supervivientes y OT (no es noticia confirmada ésa, pero los rumores apuntan a ello). Cuatro nació como una cadena joven creando programas novedosos en sus inicios como Six Pack (de ahí salió Pilar Rubio) o Soy el que más sabe de televisión del mundo; le siguieron su apuesta por las series americanas de calidad (Lost, House, Cinco Hermanos, Friends,...) y poco a poco va perdiendo su autonomía y su carácter, ése que le caracterizaba para dejarse absorber por las garras del gigante Telecinco.
Se nos fue CNN+ y con él se inicia la debacle de la televisión en España. Berlusconi acabará por crear cadenas de televisión a la altura de su persona, que cada cual escoja en qué nivel está.