Aunque con cautela, me apetece gritar que hoy ¡Es un día histórico! y lo grito con cautela porque con el terrorismo siempre debemos serlo.
Tras muchas vueltas por fin la banda terrorista ETA ha anunciado lo que todos los españoles llevábamos esperando muchos años: "el cese definitivo de la actividad armada". Por eso es un día histórico, porque al fin vemos el final de ETA a la vuelta de la esquina. Sin embargo, escribo con cautela porque no es la primera vez que ETA anuncia una tregua o un cese, y todas las ha roto como sólo ellos saben: con violencia y muerte.
Y a pesar de todo esto, me contradigo a mí misma porque ando entre la euforia y la cautela. Nunca he vivido en una España sin ETA, no sé lo que es vivir sin miedo a que las noticias anuncien un coche bomba de ETA o un muerto por un tiro en la nuca, no sé lo que es vivir en PAZ y desde hoy si todo se mantiene lo conoceré. Han sido muchas víctimas en estos 43 años de terrorismo, cerca de 800 personas y si me preguntáis cuál recuerdo mejor, os diría que
Miguel Ángel Blanco, aquel secuestro que en mi adolescencia me mantuvo pegada a la televisión aún de madrugada y por el que derramé lágrimas al enterarme de su trágico y condenable final. Las manos blancas, la unión de un país por un secuestro horrendo, todo sigue en mi memoria a pesar de haber pasado hace 14 años. Y hoy por fin, ETA anuncia su final.
ETA llevaba dos años sin cometer ningún asesinato. La constante persecución de la policía española y del anterior Ministro de Interior Alfredo Pérez Rubalcaba, había debilitado mucho a la banda terrorista, desarticulando cúpulas de ETA sin descanso. Hoy es un gran día para todos los demócratas, para todos los que creíamos que ese final estaba cerca.
Y por fin el día ha llegado: Hasta nunca ETA.