viernes, 30 de mayo de 2014

Yo quiero votar en las primarias


- Un militante, un voto, pero ¿quién les habrá metido esa idea absurda en la cabeza a los bracitos de madera estos?
- Ya te dije, Manolo, que no debíamos darle voz ni tantos derechos, que se nos vienen arriba e intentan decidir ellos en vez de nosotros.
- Pues a ver cómo arreglamos esto... 

Esta pequeña conversación es ficticia... o no... Mi retorcida mente no descarta que en algún despacho se haya dado. Y es que tras el varapalo de las Elecciones Europeas, los partidos políticos en general, y el PSOE en particular, han visto temblar los cimientos de su acomodada vida. La reciente (y aplaudida por muchos) victoria de la formación PODEMOS en los comicios europeos ha generado tal revuelo que hasta Rubalcaba, actual secretario general del PSOE, ha tenido que anunciar que se va (ya era hora). Lo que no ha quedado claro es la forma en la que se elegirá a su sustituto/a. Desde las bases, muchos militantes piden (y pedimos) unas primarias de verdad, pero de las buenas, no de las de "me presento con 20.000 avales y exijo a mis rivales un mínimo de 9.000 que así no los consiguen y gano yo sin urna ni nada". 

El problema es que al clamor de "un militante, un voto", se ha sumado la "preferencia" de los llamados barones del PSOE por Susana Díaz, presidenta de la Junta de Andalucía. Me parece muy bien que a esos señores que llevan en el PSOE más años que yo de vida, les parezca que Susana Díaz tiene que liderar este "nuevo" PSOE, pero no estaría de más que dejaran decidir al resto de militantes (se dice que unos 200.000) si esa es también su opción o prefieren otra. Vamos, digo yo. He pasado ya varios congresos dentro del PSOE y puedo asegurar que son desmotivantes, sin velo de democracia alguna, con votos comprados a última hora a cambio de "puestecitos" y "carguitos". El sistema de delegados es un método obsoleto para elegir al futuro líder o lideresa del partido, esa decisión deberían tomarla todos sus militantes y no solo unos pocos "elegidos". Que para pagar cuota no ponen pegas, pero cuando se pide democracia y transparencia todo son problemas.

Acabamos de pasar unas elecciones europeas con una baja participación y un golpe de mesa de los ciudadanos al bipartidismo. Los partidos de izquierda pequeños han proliferado y logrado objetivos muy meritorios que no hay que menoscabar con declaraciones absurdas en las que se los comparan con "revoluciones bolivarianas"... Como si la opinión del pueblo no importase un pimiento. A esos señores que se llenan la boca defendiendo la "casta" ante los cambios, les digo que se echen a un lado de una vez y se dediquen a sus libros y sus fundaciones, y dejen hacer a los que de verdad tienen que cambiar el futuro: las personas jóvenes. 

El Partido Socialista sólo logrará volver a recuperar credibilidad si zanja este debate abogando por métodos más democráticos y aperturistas como es la posibilidad de que sus miembros militantes participen también en este proceso de primarias y voten. Lo que decida la mayoría, será lo que tenga que prevalecer. 

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