jueves, 21 de octubre de 2010

Incultos y enchufados


La visita ayer del presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, a Jerez de la Frontera dejó entrever las carencias de sus ciudadanos. Mientras Griñán visitaba el ayuntamiento de la ciudad junto a su alcaldesa Pilar Sánchez, afuera un pequeño grupo de parados increpaba este encuentro con pitos y consignas negativas (típicas de un descontento general).


Algunos medios locales han destacado en sus páginas un "enfrentamiento" entre parados y simpatizantes del PSOE que esperaban a las afueras del Consistorio para apoyar a ambos dirigentes. Sin embargo, para que se produzca un enfrentamiento es necesario que ambas partes se peleen o al menos se lancen "puyas". Ayer no pasó ni lo uno ni lo otro, al menos no por ambas partes. Los insultos sólo llegaron del lado de los parados, tan acomodados ya a su sombrita frente a la puerta del Ayuntamiento que cuando le dan la oportunidad de trabajar, la rechazan... Claro, es mejor trabajar poco y cobrar mucho que lo contrario.

Los parados de Jerez - alentados por dirigentes del Partido Popular de Jerez, ¡¡quién lo diría!!- abuchearon a Griñán y a Pilar Sánchez, e insultaron a los militantes y simpatizantes del PSOE que sólo estaban allí para brindar su apoyo. Al grito de "enchufados, enchufados" y otras consignas que me niego a repetir boicotearon la visita de Griñán a Jerez de la Frontera, su ciudad.

Aunque el momento de mayor surrealismo se dio cuando estos mismos parados comenzaron a gritar "Pacheco vuelve" y a aplaudir a los dirigentes del PP... Que aplaudan al PP está en ellos mismos, allá cada uno con su conciencia si lo que creen es que estos señores harán algo por ellos si ocupan el poder algún día... Pero que pidan el regreso de Pacheco, un alcalde terrateniente, cacique y ladrón ya me parece un despropósito.

Del día de ayer se puede sacar en claro una cosa: El PP de Jerez sólo busca el desprestigio, ésa es su forma de hacer oposición, alentando a sus ciudadanos a proferir insultos; y como no, que esta ciudad, a veces, me da vergüenza.

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