miércoles, 29 de septiembre de 2010

Huelga por obligación

Por recomendación paterna hoy empiezo esta entrada explicando a los lectores qué es un piquete. Según la RAE, en su quinta acepción, define piquete como "pequeño grupo de personas que exhibe pancartas con lemas, consignas políticas, peticiones, etc".

Mucho he visto ya desde primeras horas de la mañana. Los sindicatos anunciaron hace tres meses una convocatoria de huelga que hoy está teniendo lugar. Se dijo que habría piquetes "informativos", ¡JA!, me río yo de su manera de informar. Si para los sindicalistas, apostarse en la puerta de los mercados impidiendo la entrada a camiones y trabajadores, lanzar huevos, romper espejos, golpear coches..., si para ellos eso es "informativo" no quiero imaginarme cómo sería la cosa si fueran piquetes coactivos...

Otro dato. La Constitución Española establece en su articulo 28.2 que "se reconoce el derecho a la huelga de los trabajadores para defensa de sus intereses"... DERECHO, NO OBLIGACIÓN. Y digo esto porque los sindicatos con su actitud coactiva (dejemos de fingir ya que son piquetes informativos porque todos sabemos que no es así), están obligando a los ciudadanos a hacer huelga sin quererlo. Sin ir más lejos, mi calle, que es todas las mañanas un hervidero de actividad comercial, hoy por miedo a las represalias de los piquetes se ha convertido en un día festivo.

Y me pregunto yo, ¿quién le paga a los comercios este día de trabajo que están perdiendo por decisión de los sindicatos y de una huelga a la que muchos no pensaban acudir? ¿Acaso los sindicatos van a indemnizar a los trabajadores por el dinero perdido en la jornada de hoy?

Donde termina tú derecho a ir a la huelga, empieza el mío a querer ir a trabajar. La huelga es un derecho, ¡un derecho! y como tal yo puedo decidir si quiero ejercerlo o no. Nadie puede obligar a nadie a participar en una huelga con la que no está de acuerdo. Con su actitud, los sindicatos está violando uno de los artículos de nuestra constitución y a la par, coartando el derecho de cada persona a participar libremente o no en la huelga. Una huelga cuyo detonante no fueron los 4 millones de parados sino el 5% de rebaja en los sueldos de los funcionarios.

Yo, no voy. Y no voy porque cuando sufrí un despido improcedente de mi empresa hace pocos meses, la única ayuda que recibimos de los sindicatos fueron risas. Sí, sí, risas, se rieron en nuestra cara de nuestra situación. Los sindicatos sólo luchan por los privilegios del funcionariado público y de las grandes empresas, a las PYMES y sus trabajadores, que los ayude Dios.

Si al final de la jornada, los titulares dicen que la huelga fue un éxito, no será porque los sindicatos tuviesen el apoyo de la ciudadanía española, sino porque nos obligaron a dárselo.

No hay comentarios:

No al cierre de webs