jueves, 30 de diciembre de 2010

El fin de una televisión

Con retraso, pero si no lo digo reviento... 

Nos están sumergiendo (e imponiendo) un tipo de consumo televisivo, porque es más fácil darle pan y circo al pueblo que no harina para que amase él solo. Es una vergüenza. Vergüenza, ¿qué es esa palabra?

Vergüenza es que cierren un canal de informativos serio (CNN+) para que lo sustituya un bodrio televisivo 24 horas... sustituyen la calidad informativa, el derecho del ciudadano a saber y conocer más por ver a una panda de aprovechaos las 24 horas del día; porque es mejor ver cómo la televisión se llena de vividores y papafritas en lugar de periodistas serios, debates políticos y programas de fondo, todo con el máximo rigor periodístico. No era muy asidua a CNN+, pero era un canal que confiaba que siempre estaría ahí, dispuesto a brindarme una información de última hora. Está pasando, lo estás viendo...

Lo vemos todos... La fusión de Cuatro y Telecinco empieza a cobrarse sus primeras víctimas; el siguiente será el reemplazo de Raquel Sánchez Silva como directora de carrera de Pekin Express, dejando su irremplazable lugar a Jesús Vázquez, quien de seguro convertirá el programa en un show detestable a la altura de Supervivientes y OT (no es noticia confirmada ésa, pero los rumores apuntan a ello). Cuatro nació como una cadena joven creando programas novedosos en sus inicios como Six Pack (de ahí salió Pilar Rubio) o Soy el que más sabe de televisión del mundo; le siguieron su apuesta por las series americanas de calidad (Lost, House, Cinco Hermanos, Friends,...) y poco a poco va perdiendo su autonomía y su carácter, ése que le caracterizaba para dejarse absorber por las garras del gigante Telecinco. 

Se nos fue CNN+ y con él se inicia la debacle de la televisión en España. Berlusconi acabará por crear cadenas de televisión a la altura de su persona, que cada cual escoja en qué nivel está. 

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