jueves, 8 de julio de 2010

Jugamos como nunca, ganamos como siempre

Que sí, que sí, que lo de anoche ocurrió de verdad, que no fue un flashforward de 44 millones de personas. España ayer, gracias al ya nombrado "Puyolazo", se metió en la Final de un Mundial de fútbol, por primera vez en su historia.


Escribo ahora y no después de la final para que nadie diga que es fácil hablar cuando ya se sabe el resultado. Yo estoy segura de lo que pasará el domingo. Lo sé desde que el balón echara a rodar un 16 de junio: España va a ser Campeona del Mundo. Vosotros, los que me conocéis, sabéis que llevo pregonandolo desde hace mucho, incluído desde el batacazo de España ante Suiza. Cuando el fútbol se juega de la forma en la que lo hace La Roja, no hay duda de quién ganará el partido.

Ya está bien de que siempre ganen los mismos: Brasil, Alemania, Argentina, ... El fútbol mundial por fin tendrá un justo vencedor, un equipo Rey que los liderará a todos. Llegamos como favoritos a este mundial, y digo yo que por algo sería.

España jugó como nunca, o mejor dichó jugó como siempre supo hacerlo, y ganó, claro está, como ya nos es acostumbrado. Esta generación de futbolistas lleva dos años haciéndonos vibrar con la Roja, uniendo a un país por un deporte donde juegan 11 contra 11 y ya nunca gana Alemania. El domingo el país se paralizará porque ¿qué hay mejor que ver a nuestro santo Iker Casillas levantar la copa del Mundo?

Podíamos, y no lo dudéis, porque ¡¡PODEMOS!!

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