viernes, 13 de enero de 2012

No debería haber paz para los malvados

España, ese país donde la Justicia no es justa. Y es que ya hay veredicto para el caso de Marta del Castillo: 20 años de cárcel para Miguel Carcaño, asesino confeso, y absolución (¿de sus pecados?) para el resto de implicados: Samuel Benítez, Francisco Javier Delgado y la novia de éste, María García.

Miguel Carcaño al confesar el asesinato de Marta / Foto: ABC

La joven Marta del Castillo desapareció el 24 de enero de 2009 cuando tan sólo tenía 17 años, más que desaparecida, asesinada por esa panda de - permítanme la expresión- niñatos. Durante los dos años que ha durado el proceso judicial y la investigación, la prensa e incluso los policías al cargo del caso han debido tener  la sensación de que estos individuos les estaban tomando el pelo a todos, al menos yo, como ciudadana lo he sentido así. 

Recuerdo que cuando saltó la noticia de la desaparición de Marta yo estudiaba y vivía en Sevilla, cerca de León XIII, el piso de Miguel Carcaño, donde presuntamente asesinaron a Marta del Castillo. Durante meses aquella zona de la calle era un ir y venir de coches policiales, unidades móviles de televisión, ciudadanos..., era mi camino hacía la Facultad donde yo cursaba mi carrera en Sevilla, y vivir tan próxima al lugar del crimen hacía que el caso se convirtiera en cercano, y creo que con Marta del Castillo Sevilla y toda España se sintió igual que yo. Durante el tiempo que duró la investigación, Carcaño, Samuel, e incluso la novia de Carcaño en ese momento, mostraban declaraciones contradictorias. Aún recuerdo a Rocío, la ex-novia de Carcaño acudiendo al programa de Ana Rosa Quintana pocos días después de que saltara la noticia para decir que ella no sabía nada del asesinato de Marta ni de que ella se hubiera encontrado con Miguel aquella noche; mi indignación pasó a mayores cuando semanas después se descubrió que sí sabía de esa reunión. 

Ya en su día se cometió un error al absolver al 'Cuco' del delito de violación al no aparecer el cuerpo, y hoy la justicia ha vuelto a errar de lleno. La condena de 20 años para Carcaño sabe a poco, sobre todo porque en estos dos años no han sido capaces de confesar qué hicieron realmente con el cuerpo de Marta. El resto de imputados han quedado absueltos de todos los cargos, incluidos los de cómplices y traslado del cuerpo a vete tú a saber dónde. 

Tras dos años de sufrimiento, no ha habido justicia para Marta del Castillo ni tranquilidad (si es que puede tenerse algún día) para sus padres. 

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