miércoles, 14 de octubre de 2009

Por decir algo

Octubre está ya en su ecuador. Con él, muchos han vuelto a la rutina, de las clases, de los trabajos, de la búsqueda de la felicidad. Sin embargo esto último es lo más fácil de encontrar. Esos momentos que te harán sonreir en un futuro, aquellas pequeñas cosas que cantaba Serrat aparecen como por arte de magia para inundar de dicha nuestro ser. No intento dogmatizar a nadie, ¡¡Dios me libre!! sólo debemos estar abiertos a las cosas buenas que nos trae la vida. A veces esas cosas se traducen en detalles tan simples como una llamada de teléfono, un email o una visita añorada. Todo vale, la felicidad es eso, las cosas que hacen que la vida valga la pena (como la película).

Divago, y esta entrada apenas tiene sentido, pero vivo un momento de euforia deportiva (no porque el Xerez gane partidos porque eso aun lo estamos intentando) sino porque la enfermedad de uno, beneficia a otro, en este caso a mí. Chapín ya no es terreno desconocido y aunque este viaje por el mundo del fútbol tiene fecha de caducidad, una no puede evitar soñar con que algún día ese será su trabajo.

Otros encuentran nuevas expectativas por cumplir, en banda sonora original pero demostrando su valía. Todos descubrimos nuestra meta paso a paso, siguiendo ese camino de baldosas amarillas que empezamos a recorrer juntos hace 5 años. Sabemos que cada vez queda menos para llegar a OZ, el destino final de nuestro viaje, eso sí, aunque nuestros trenes se hayan separado en vías diferentes, nuestros caminos siguen andando en paralelo, siempre, pendientes a lo que pase en el vagón de al lado. Después de todo lo vivido, ¿cómo vas a olvidar todo el tiempo pasado?, aunque nuestros trenes avancen a más velocidad, siempre nos encontraremos en el siguiente cruce.

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