domingo, 18 de octubre de 2009

¡Qué bonito...!

Por fin llegó el momento soñado. 7 partidos le ha costado al Xerez Deportivo lograr los 3 puntos, esos tan ansiados para dejar de ser colistas. No abandonan el farolillo rojo, pero al menos ya sueñan con que todo es posible.

Hoy el Xerez se ha enfrentado a su rival más directo, el Villarreal, y a base de casta y corazón ha logrado la victoria por 2 a 1. ¿Que podría haber jugado mejor? posiblemente. ¿Qué el Villarreal ha jugado mejor? Seguro, pero aun así el Xerez ha tenido eso que tanto le ha faltado en los partidos anteriores: fortuna. Porque hay que tener mucha suerte para que estando solo frente al portero, Nilman lance, dé en el poste, se pasee por la línea de gol y salga fuera.

El Villarreal se adelantó primero, con un gol de propio Pires en el minuto 17. En ese momento, el xerecismo temió que su equipo se echara para atrás, como pasó en partidos anteriores y acabara perdiendo, sin embargo, el Xerez nunca bajó los brazos, y a la salida de un córner Mario Bermejo remató en el primer palo a gol. El primero para él en primera división y el segundo para el equipo. El Xerez empataba así el encuentro a poco de llegar al descanso. La segunda parte comenzó con oportunidades para ambos equipos que se jugaban el todo por el todo. Sin embargo, la moneda estaba hoy de cara para el Xerez.

En el minuto 69, Ziganda metió en el campo a Antoñito por Bermejo, delantero por delantero. La hinchada pitó el cambio, pero no porque no quisieran que se fuera el nueve del Xerez como decían algunos por la radio, sino porque la afición quiere ver a su equipo llendo a por todas con dos delanteros. Aun así el cambio fue bueno y Antoñito, ese jugador de toque, demostró que necesita minutos para desplegar toda la calidad que tiene en sus botas. En el minuto 79, un mal despeje de Diego López (vaya cómo está de mal el portero de la selección) que golpeó en el codo (¡¡en el codo, no en la mano señores!!) de Carlos Calvo, cayó rechazado a Antoñito, que demostrando una vez más que es apto para este equipo, levantó el balón por encima del portero y marcó el gol de la victoria del Xerez. En ese momento, el Estadio era una fiesta, y aunque el Villarreal no bajó los brazos y peleó el empate, hoy la victoria estaba en el bando azulino, en un equipo que lo necesitaba, en una ciudad que lo esperaba.

El Xerez ya no es colista, se sitúa el 18 en la tabla y la semana que viene viaja a Tenerife para abandonar la zona de descenso. En Jerez, todo el mundo tiene hoy una canción en mente, en homenaje a un gran jugador que se merece más confianza de la que está recibiendo. Y como canta Chapín: ¡Qué bonito, qué bonito, son los goles de Antoñito!

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