miércoles, 16 de diciembre de 2009

Decepción

Llueve y hace frío. Ni siquiera el jersey de angora que le regaló él en las pasadas navidades puede alejar el viento invernal que se cuela por los espacios más inesperados. Mira a través de la ventana con tristeza; los días de lluvia la sumen en un estado de apatía de la que a veces no sabe cómo salir.
Hoy es un día triste para ella porque está lloviendo y porque las malas noticias siempre aparecen en momentos así. Cree que todo lo hecho hasta entonces no le ha servido para nada, "¿para qué me molesto?", piensa mientras observa como las gotas de agua golpean el cristal de su ventana. Tiene la sensación de estar viviendo el día de la Marmota, los sentimientos sufridos se repiten nuevamente, la frustración, el deseo de acabar y de no ver el final del tunel.
Se sienta en el sillón, de cara al televisor apagado que domina toda la habitación y una lágrima brota de sus ojos. Es el comienzo. Durante unos minutos se deja imbadir por la tristeza y llora desconsoladamente. Todo tendrá solución pero en esos momentos ella no la encuentra y sólo piensa que para qué seguir intentándolo.

2 comentarios:

Mar Urbano dijo...

Para fabricar una sola bombilla valieron novecientos noventa y nueve intentos anteriores...y fíjate si valió la pena. Está bien sentir rabia por quedarte en el camino, a pocos metros de la meta, pero no desaliento. Siente rabia, una rabia que te de fuerzas de nuevo para volver a intentarlo, porque merecerá la pena. Y mucho.
De todas formas, ánimo campeona.

María José Romero dijo...

Ojalá mi invento sirva para algo. Siento rabia, sí, rabia por volver a decepcionar a todos los que confiaban en que esta vez sería un Sí... pero a la quinta va la vencida, lo prometo!

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