En plena jornada de reflexión a mí me ha dado justamente por eso: por reflexionar. Algo ha pasado en España. Ha surgido un movimiento que ha despertado a los jóvenes de mi generación y de las posteriores, de los que comandaremos el futuro de nuestro país: el 15M, Democracia Real YA.
A estas alturas sigo sin saber mi posicionamiento oficial frente a las acampadas, dejo claro que no estoy ni mucho menos en contra de ellas. Lo que sí tengo claro es que al fin los jóvenes de mi país se han despertado, han salido a la calle a reclamar igualdad, a pedir transparencia a los políticos, nada de corruptos, nada de sueldazos y jubilaciones astronómicas (a favor, siempre a favor de esto). Y también les digo que este movimiento tendrá mi absoluto respeto si toda su indignación se traduce luego en votos.
Ahora bien, reflexionando me ha asaltado la duda: después de las acampadas ¿hay vida? ¿cuál será el siguiente paso?
Lo normal sería que este movimiento se integrase en el sistema democrático español como partido político e intentase cambiar desde dentro lo que tanto critican en las calles, porque no se puede exigir a un gobierno instaurado democráticamente que promulgue cambios sólo por una pataleta (perdón por la expresión), lo que tenemos en España no es una dictadura y por tanto hay que batallar desde dentro.
Así que vaya desde aquí mi ánimo al movimiento, para que utilicen los cauces adecuados para cambiar lo que no es justo y planten batalla política de forma democrática, en unas elecciones. Si obtienen el respaldo del pueblo, les tocará gobernar y demostrar que son mejores que los que están ahora y entonces podrán iniciar reformas en el sistema democrático y crear la democracia real que tanto exigen.
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