Aún estaban los aficionados entonando los primeros cánticos (aficionados irlandeses, que ocupaban las tres cuartas partes del estadio), cuando una jugada de Silva - muy eléctrico todo el partido- acabó en un robo de Fernando Torres dentro del área, y de ahí al gol. Sólo habían pasado 4 minutos de juego y España ya se adelantaba 1-0. Con el gol, el niño Torres se reivindicaba como el '9' absoluto de la Selección, callando bocas y cerrando debates sobre su estado físico, y no sería el único de la noche pues ya en la segunda parte, el delantero español marcó su segundo gol, minutos antes de abandonar el campo con el cambio por Fábregas.
Los otros españoles que se sumaron a la fiesta del gol fueron David Silva en el minuto 3 de la segunda parte, y Cesc Fábregas en el 82, un gol con mucha rabia, quizás por las dudas sobre su titularidad ante Italia. Y es que la Campeona del Mundo goleó por 4 a cero a Irlanda, situándose como primera del grupo C.
Afición. Irlanda vuelve a casa con cero victorias, a la espera de jugar su último partido contra Italia, pero su afición merece un reconocimiento. A pesar de la lluvia de goles que le cayó a su selección, los irlandeses demostraron que viven el fútbol de otra manera, como una fiesta, y no dejaron de proferir cánticos a sus jugadores durante todo el partido, más aún cuando el resultado era ya tan abultado que una remontada se antojaba imposible. Chapó por los de verde.
Carambola. Ahora queda mirar hacia el pase a Cuartos de Final. España se enfrentará el próximo lunes a Croacia en el último partido de la primera fase, por eso ahora es tiempo de hacer números. Ante una posible (y más que probable) victoria de Italia ante Irlanda, a España le vale el empate para pasar de ronda, aunque en la mente de los españoles sólo existe la victoria.
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