- Manueeee, ¿qué pasa pisha?
- Hombre, Pacoooo... ¿qué tal? Aquí dando una vueltecita, ¿no?
- Digo hombre, aquí paseando con la señora, a ver si nos bailamos una sevillanita y nos tomamos una media.
- Mu bien, Paco. Yo ahora iba también a bailá un rato.
- Po nada Manué, que malegrao mucho verte, hombre.
- Igualmente Paco. Y nada, a disfrutar que ya queda poco.
Los dos hombres se saludan con un efusivo apretón de manos y unas palmadas en los hombros y continúan sus respectivos caminos. Pero a esto que la hija de Manué, le repite -como hace cada año y cada vez que ve una cosa así- lo mismo de siempre:
- ¿Ése quién es papá?
- ¿Ése? - pregunta su padre con su sonrisilla típica -. Uno que trabajaba conmigo hace años en la Comercial Ferretera.
- Ah... -dice la hija y se queda como la mayoría de las veces que le pregunta eso a su padre. "No sé pá qué digo ná".
2 comentarios:
Aaarooo! ¿a quién se le ocurre preguntar? jajaj... no sé que tiene la feria que nos volvemos todos más amigos que nunca de personas que luego ni saludadmos en el día a día...
Me alegro que ya estés de vuelta, "ferianta" jjajajj...
jajaja lo peor es que eso pasa en mi casa sea feria o sea paseando por el centro! jajaja mi padre es algo así como un relaciones públicas de jerez... ¡conoce a todo Dios!! jajaja
Publicar un comentario