sábado, 20 de noviembre de 2010

Una mañana sin internet

Una tarde, no hace mucho, hablaba con unas amigas sobre cómo era nuestra vida cuando no estábamos dominadas por las nuevas tecnologías, cuando no disponíamos de teléfonos móviles para mandar algún mensajito, y nos preguntamos cómo hacíamos para ver las fotos que nos hacíamos con aquella cámara Kodak de carrete cuando no existía Tuenti donde subirlas y "etiquetarnos". 

Encontrar la respuesta a estos interrogantes se nos hizo cuanto más eterno. Nos costaba recordar aquella otra vida en la que simplemente llamábamos al timbre de la puerta para preguntar si podía Pepita bajar a jugar; la sentíamos tan lejana que parecía ser parte de un sueño, de una realidad alternativa que nunca llegamos a vivir. Pero sí, existía (y existe) otra vida más allá del móvil, de internet. Aunque es una realidad difícil de asimilar. 

Hoy, durante toda la mañana me he quedado sin internet en casa. Antes podía haber pasado por un suceso poco más que anecdótico, sin embargo ahora, en plena era de las Nuevas Tecnologías, ha sido como encontrarse varada en el océano sin una bengala que lanzar al aire. Aislada, sin poder comunicarme con el exterior, sin Facebook, Tuenti, Twitter, sin correo electrónico, un aislamiento tecnológico total. Descorazonada ante la idea de no poder mirar mis mensajes pendientes. Y esas cinco horas sin internet me hacen preguntarme ¿cómo vivíamos antes sin internet? 

El caso es que se podía vivir, y vivíamos bastante bien. Supongo que amoldamos nuestros actos a la vida que nos toca vivir (valga la multi redundancia) y ahora es época de toca tirar de internet. Por suerte, aún hay momentos que hacen olvidarse durante un rato de las redes sociales, los blogs y las webs, esos ratitos que nos brinda el estar con la gente en persona y que ninguna máquina puede sustituir jamás: el contacto humano. 

Se puede vivir sin internet, sí, aunque cuando falta (aunque sea durante un ratito) puede generar un caos inicial capaz de desestabilizar media vida. No hay que pensar en eso, debemos simplemente aprender a compaginar nuestro mundo virtual con nuestra vida real. 

2 comentarios:

Alfonso Saborido dijo...

Si tuvieras internet en el móvil, no te pasaría eso... a mi me pasa, me pongo negro, y a unas malas me iría al centro a buscar wifi jerez para quitarme el monazo de encima XD

María José Romero dijo...

lo malo es que no hay presupuesto para internet en el movil, que si no, bien pronto que me lo agenciaba para días como éste!

No al cierre de webs